Lo vemos en televisión, las minicasas están de moda en
algunos países como Estados Unidos, Australia, e incluso en algunos de nuestro ámbito
europeo, como Inglaterra, Francia u Holanda, no solo se ha popularizado si no
que se ha convertido en todo un estilo de vida; pero en España no terminan de
calar. Aunque aquí aterrizaron hace ya algún tiempo, la idea, de momento, no ha
cuajado.
Y son varios los factores que dificultan que cuaje, por un lado
nuestra cultura mediterránea: en nuestro ADN esta muy presente el tamaño y la
apariencia, cuando más grande y más se vea mejor, de hecho son muchas las
frases populares que se refieren a esto: Ande o no ande… Pero además hay otros
factores, como unos precios más elevados de lo que uno podría esperar por tan
poco espacio/ tamaño, así como la falta de regulación de este tipo de
construcciones, ya sean móviles o no.
Las minicasas se trata de viviendas pequeñas, de entre 20 y
30 metros cuadrados, aunque no hay una superficie establecida para ser
consideradas minicasas. Con un gran aprovechamiento del espacio logran ofrecer
las comodidades que ofrece cualquier otro hogar, con baño completo, lavadora,
microondas, nevera o calefacción.
De cualquier forma, aunque no se ha establecido como una
tendencia real, el fenómeno poco a poco comienza a tener su sitio en el mercado
de la 2ª residencia (viviendas vacacionales y complementarias). O por lo menos
así lo consideran varios profesionales que se dedican a la construcción y la
venta de este tipo de residencia.
Sobre la legislación vigente al respecto, al ser una
tendencia muy novedosa que aun no se ha convertido en un fenómeno, no existe
una legislación concreta en torno a las minicasas. Es una construcción, de obra
mayor o menor, por lo que necesita una licencia, pero la ley no está adaptada
al concepto. Esto tiene ventajas
impositivas, ya que fiscalmente, se consideran bienes muebles, no inmuebles.
Con lo que a efectos prácticos, están exentas de según qué impuestos.
Otra de las ventajas económicas se da en los casos en los
que el cliente o sus allegados tienen en propiedad un terreno. El coste de una
minicasa con todos los acabados y las instalaciones hechas ronda está entre los
25.000 y los 45.000 euros, en función del tamaño y los materiales usados.
Resulta básico el tema del aislamiento para llegar a un consumo bajo. Y no hace
falta decir que cuanto mayores sean las comodidades que se soliciten y más a
medida sea la minicasa más subirá su precio.
El público que busca vivir en este tipo de vivienda suele
ser joven. Los profesionales del sector consultados creen que uno de los
principales atractivos es que, en ocasiones, se trata de casas móviles, que
permiten el traslado de forma más o menos sencilla.